domingo, 12 de octubre de 2008

SAN MILLÁN Y CUENTO DE LAS SETAS

Sigo con la vida de San Millán.
En su ancianidad trataba con las monjas -había monasterios dúplices-. ¿No era eso una modernidad? ¡Eso sí en santidad!; pero hablo del S.VI. El libro dice una frase en latín que me ha encantado (yo nunca la oí) ¿seré más ignorante aún de lo que creía?o ¿es mi memoria?, dice: "Oculis lippis odiosa est lux quae puris est amabilis" = a los ojos legañosos les ofende la luz que a los limpios encanta. Resulta que una única abadesa se quedó preñada y de ahí viene la frase. Es un libro desordenado, con mucho vocabulario e interesante si se hubiesen esmerado en su edición.
En contraposición pongo un párrafo de lo más ordenadito de un cuento de una escritora muy amiga mía respecto a las setas. ¿Por qué las setas?, porque me encanta cogerlas, su variedad, sus singularidades, el sentir ese frescor amable entre pinos que resguardece del auténtico frío, y porque voy con unas personitas que son de lo que más quiero. Me temo que este año no cojo setas -nadie se va a perder nada porque apenas distingo las buenas de las venenosas-. Que copio un poco del cuento: "... te propongo (le decía el lagarto Harto al escarabajo que le quitaban la comida) ir al pinar del Hongo, sigues la dirección del musgo de los árboles para que no te pierdas, coges unas setas que sean comestibles; las limpias, las coses, y si no sabes coserlas la pulga costurera te puede ayudar", "pero... ¡si las pulgas tienen el baile de San Vito...!"
Continuará si es que me lee alguien; porque seguro que no sabe nadie cómo las van a coser. "¿Qué sabe nadie...?" A ver si oigo a mi admirado Rapahel que hace mucho que no lo pongo.
Me beso un poco y hasta mañana.

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